Psicología especializada en adolescentes - Córdoba y Online

Entonces… ¿cuándo debo preocuparme por mi hijo adolescente?

“Ya voy pesada…”, “¡mi cuarto no está desordenado, yo sé dónde están las cosas!”…

Y otras tantísimas frases típicas y NORMALES de la adolescencia. Pero… entonces… ¿cuándo debo preocuparme por mi hijo adolescente?

Un padre y una madre, sabe perfectamente cuando su hijo/hija tiene un semblante diferente y, casi siempre, saben por lo que es. Muchas veces cuando recibo llamadas de los padres para dar terapia a sus hijos, han hecho un escaneo completo digno de un antivirus y, suelen estar acertados cuando dicen… “veo a mi hijo muy enfadado, me da miedo que un día le pegue una buena torta al hermano pequeño”, “me da miedo que pueda pensar cosas raras ¿sabes?” (refiriéndose a ideas suicidas o incluso autolesiones), “le cuesta hacer amigos, siempre ha sido muy tímido” o la reina por excelencia “mi hijo ya no es el mismo, ha cambiado”.

Entonces… ¿cuándo debo preocuparme por mi hijo adolescente?
CUANDO VEAS A TU HIJO INFELIZ.
Cuando no le veas motivado.
Cuando no le salga energía y ganas de vivir por los poros de la piel.

Un adolescente vive una etapa complicada de descubrimiento, de completar su personalidad y encontrar referentes que, en muchas ocasiones, les acaban decepcionando. A todo ello se le suma esa montaña rusa hormonal y la dinámica de vida actual. Todo ha cambiado, pero más aún, todo sigue cambiando, a un ritmo tan acelerado que a los padres no nos da tiempo adaptarnos y aprender a ser padres AHORA (en la época actual). Porque seamos sinceros, hemos aprendido a ser padres con el ejemplo de nuestros padres, ya sea, para hacerlo igual o para ni en broma repetir sus errores. La cuestión es que, ya vamos atrasados porque la vida… evoluciona rápido, pero aún más nuestros hijos. En un abrir y cerrar de ojos, entran en la escuela infantil, los vuelves a cerrar y entran en el colegio… pero aquí sigues siendo su “papi” y su “mami”, pero es que los vuelves a cerrar y entran en el instituto… Ahora eres el enemigo, le quieres controlar la vida, siempre le sacas fallos y nunca te conformas (o así es como la mayoría de adolescentes ven a sus padres). Tanto es así, que algunos no solo desafían, sino que se entristecen y lo enmascaran a través del enfado y el aislamiento. Pierden la motivación y esto les afecta a los estudios. Se sienten en un juicio constante del que no saben salir impunes. O incluso se enganchan a los videojuegos y a los móviles, generando una adicción a las tecnologías, sino a otras cosas que mejor ni mencionar.

¿Por qué traerles a consulta para que reciban terapia online o terapia presencial en Córdoba? Porque en este caso yo, fui una adolescente con suerte de tener personas a mí alrededor que me cuidaron mucho cuando tuve diferentes problemas, pero no fue suficiente. Por circunstancias de la vida, no acudí a terapia y me hubiese venido de perlas tener una ayuda profesional para conocerme y gestionar el trastorno de ansiedad que desarrollé por no tener las herramientas adecuadas. Las personas de mí alrededor me cuidaron como pudieron y supieron pero, muchas veces no daban en la clave porque no todo el mundo puede saber de todo y, se necesita formación para muchas cosas. Por eso, vuestros hijos adolescentes lo que van a encontrar es una persona muy cariñosa, ADORO a mis niños y mis niñas, es una realidad. Y con una formación en psicología especializada en adolescentes para comprenderles. Y, sobre todo, acompañarles a ellos y a vosotros, papás que también os esforzáis mucho por hacerlo lo mejor que podéis y no es fácil.

Ahora que soy mamá, todavía me esfuerzo aún más en ayudarlos, comprenderlos y guiarlos para que tomen sus propias elecciones. Elecciones sanas, que les haga verdaderamente felices y les ayude a conseguir el objetivo que desean. Y sosteneros a vosotros, sus padres o tutores, para como me gusta decir “criar un hijo y no morir en el intento”.